El ser original. A esto lo llamo el origen de tu existencia. Podrías nombrarlo de otras maneras, pero para este caso, y para evitar que nuestras creencias, programaciones, el colectivo o la religión intervengan, vamos a observar al ser original justo como tu origen.

Es algo que no puedes negar: tú existes, y eso es innegable.

Cuando las razones y el porqué dejan de ser un misterio, dejan de ser relevantes, podemos realmente agradecer la existencia y lo que somos. Apreciamos el poder de sentir el frío y el calor, el amor y el rechazo, la soledad y la compañía.

Si bien es cierto que podemos disfrutar cada una de estas sensaciones, a veces no lo hacemos. A veces disfrutamos el frío, a veces no. A veces nos duele la soledad, y en otras ocasiones la amamos. Pero si recordamos el origen de esta conversación, si volvemos al punto de partida, tu origen, comprendemos que la razón de existir es experimentar absolutamente todo.

TLQD soy el origen de mi existencia, y lo reconozco con gratitud.
TLQD mi ser original está en paz con lo que soy.
TLQD mi existencia es innegable, y agradezco el poder experimentarla.
TLQD mi vida es una constante experiencia de sensaciones, desde el frío hasta el calor.
TLQD acepto el amor y el rechazo como parte de mi experiencia.
TLQD la soledad y la compañía son parte de mi ser, y las abrazo con consciencia.
TLQD disfruto cada experiencia como parte del viaje de mi existencia.
TLQD mi ser original me recuerda que estoy aquí para vivirlo todo.
TLQD estoy alineado con mi origen, experimentando el presente sin resistencia.
TLQD mi razón de existir es experimentar todo con amor y gratitud.